BANG!
El disparo retumbó de forma extraña, y un olor como a calamar tostado salía del humeante agujero resultante.
Cargando con el hombro, crucé aquella masa, llenándome de porquería en el camino...
Corría por los pasillos con un chapoteante sonido mientras todo lo que veía se transformaba en aquella cosa. Entonces sentí como el hotel viviente comenzó a bambolearse. Podía escuchar los ecos apagados de sonidos del exterior, hasta que una bocina se acercó tanto que apenas tuve tiempo de esquivar el autobús que atravesó las viscerosas paredes. Me acerqué cruzando varios niveles de viscosidad. Había un par de abuelos, una chica vestida de animadora, una señora con la compra... todos ellos inconscientes o muertos. Alguien tenía que parar esto.
Intuí que lo mejor sería moverse hacia arriba, desde donde podría encontrar al responsable de todo aquello, o al menos tener las mejores vistas en movimiento de la ciudad. Comencé a subir por unas escaleras cuya madera parecía adherirse a mis zapatos italianos (otros para tirar a la basura), pero al llegar al tercer piso, el camino se cortaba en un chorreante precipicio.
Me di la vuelta y disparé. Mis cálculos fueron correctos y donde debía estar la pared al exterior se abrió otro apestoso agujero. Me asomé y miré hacia arriba. Podía ver cómo nos desplazábamos por la ciudad, y por encima, la silueta del hotel cambiaba. Me aferré a un cable que ondulaba en el exterior, agrandé el agujero y comencé a trepar por el lateral del edificio.
El disparo retumbó de forma extraña, y un olor como a calamar tostado salía del humeante agujero resultante.
Cargando con el hombro, crucé aquella masa, llenándome de porquería en el camino...
Corría por los pasillos con un chapoteante sonido mientras todo lo que veía se transformaba en aquella cosa. Entonces sentí como el hotel viviente comenzó a bambolearse. Podía escuchar los ecos apagados de sonidos del exterior, hasta que una bocina se acercó tanto que apenas tuve tiempo de esquivar el autobús que atravesó las viscerosas paredes. Me acerqué cruzando varios niveles de viscosidad. Había un par de abuelos, una chica vestida de animadora, una señora con la compra... todos ellos inconscientes o muertos. Alguien tenía que parar esto.
Intuí que lo mejor sería moverse hacia arriba, desde donde podría encontrar al responsable de todo aquello, o al menos tener las mejores vistas en movimiento de la ciudad. Comencé a subir por unas escaleras cuya madera parecía adherirse a mis zapatos italianos (otros para tirar a la basura), pero al llegar al tercer piso, el camino se cortaba en un chorreante precipicio.
Me di la vuelta y disparé. Mis cálculos fueron correctos y donde debía estar la pared al exterior se abrió otro apestoso agujero. Me asomé y miré hacia arriba. Podía ver cómo nos desplazábamos por la ciudad, y por encima, la silueta del hotel cambiaba. Me aferré a un cable que ondulaba en el exterior, agrandé el agujero y comencé a trepar por el lateral del edificio.
Esta semana Gilen reta al autor de la semana que viene, que es FJ García, a que el protagonista supere algún obstáculo recordando una experiencia con algún videojuego conocido.
Aquí tenéis los enlaces a los fragmentos anteriores:
Fragmento 01
Fragmento 02
Fragmento 03
Fragmento 04
Fragmento 05
El enlace a la wiki de Marmotfish Studio donde podréis encontrar toda la información, y los sucesivos fragmentos y retos, es este.
Y si queréis apuntaros a la actividad para participar en la creación del relato, sólo tenéis que dejar un comentario en este post, o mandar un correo a mfs.literatura@gmail.com indicándolo.
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